La rosácea se caracteriza por tener diversos factores desencadenantes de brotes, uno de ellos es la práctica de deporte intenso. Rosácea y deporte forman una relación complicada ya que pueden presentar brotes en personas que empiezan a tratarse y puede ser un factor desencadenante.
El problema es que el deporte es una de esas actividades que deben realizarse en nuestro día a día para estar sanos y gozar de buena salud, crea endorfinas, reduce el estrés – que también es muy bueno para nuestra rosácea-, y es genial para nuestra mente y salud en general, por lo que no deberíamos eliminarlo de nuestra vida. Encontrar un deporte que se adecué a nuestro estilo de vida y que no nos propicie brotes es lo ideal.
Con la práctica regular de ejercicio es normal que nos suban los colores, pero es cierto que, a parte, puede exacerbar los síntomas de la rosácea.
Eso es así porqué en la rosácea hay un factor de vascularización muy importante, esto hace que los vasos sanguíneos se dilaten aún más, y es cuando podemos experimentar más flushing, entre otros.
Justamente, en un survey de la National Rosacea Society, más de un 80% de los encuestados afirmaron que el deporte y el ejercicio les había ocasionado problemas con la rosácea.
Con la aparición de la rosácea, son muchos afectados los que cambian de hábitos, uno de ellos es el tipo de deporte que practican. En el estudio de la NRS, alrededor de la mitad de los encuestados dijeron que habían modificado su rutina de ejercicios con la rosácea. De los que habían hecho modificaciones, un 62% dijeron que esos cambios les habían reducido la frecuencia o severidad de los brotes, por lo que encontrar una rutina de ejercicio o un deporte adecuado para la rosácea es muy clave.
Uno de los tipos de ejercicio más temidos para personas con rosácea es el ejercicio de alta intensidad. Da muchos beneficios a nivel cardiovascular pero es el que genera más brotes.
Pero tiene fácil solución, podemos cambiar el ejercicio de alta intesidad por más minutos de ejercicio de intensidad moderada o más baja, que no harán que nos pongamos tan rojos. El entrenamiento de fuerza también se puede realizar sin problemas, muy importante para la salud.
Y parecerá una tontería pero llevar la equipación adecuada también es clave, demasiada ropa o muchas capas nos pueden jugar en contra.
Una buena opción es entrenar temprano en la mañana o bien entrada la noche, para evitar las horas de más calor y sol. Correr, caminar, ir en bici, mejor a primera hora o a última del día.
Mantenerse hidratado es también muy importante.
Algunos ejemplos de deporte que practican personas con rosácea son: yoga, correr a una intensidad media, pilates, natación, entre otros.
Mi opinión personal con éste tema es que a mi personalmente sí me afectó bastante a mi rutina de ejercicios y a la visión del deporte en general. Cuando hay algo que ves que te hace mal, inconscientemente lo dejas de hacer. En mi caso, la relación rosácea y deporte aún está experimentando pero cada vez es mejor y sé que el deporte debe ser esencial en mi vida, por lo que si me suben algo más los colores, sé que es bueno para mí al final.
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