El mes de Abril es uno de mis meses favoritos porque empieza el buen tiempo, se alargan los días, salen las flores, … y desde que tengo rosácea es aún más importante: Abril mes de concienciación de la rosácea.
Es mi primer año con la web y el IG (si aún no me sigues, encontrarás mucha info allí también: @mi.rosacea) y mi alma periodística quería hacer algo distinto. Así que decidí contactar con 4 personas que para mí son pura inspiración y hacer un pequeña entrevista sobre sus pensamientos, reflexiones y demás acerca de la rosácea y su vida en este abril mes de concienciación de la rosácea. Hablamos con la dermatóloga Cristina Eguren; la directora de belleza de la revista Telva Paloma Sancho; Sara Nieto, maquilladora, con la cuenta de IG @saramkup y con Laura Acevedo, que tiene una web de rosácea fantástica: Domina tu rosácea, divulgadora y también nutricionista.
4 mujeres increíbles a las que les doy las gracias por su participación. Espero que disfrutéis de éste artículo tanto como yo lo he disfrutado haciéndolo.
¿Cómo llegó el diagnóstico?
Para Cristina, llegó sobre los 32 años, a raíz de tener su tercer hijo: «fue cuando comencé a notar
los primeros síntomas (leves) de rosácea y rápidamente comencé a tratarla.». Antes, tuvo acné desde la adolescencia hasta los 20 años. Igual que a Paloma: «me apareció sobre los 30», y también tuvo acné en su adolescencia. El camino de Laura fue algo distinto; «El diagnóstico lo recibí en el año 2013, pero desde el invierno del 2008 empezaron a aparecer los primeros síntomas».
Sara por el contrario, tuvo que ir a distintos especialistas antes de dar con el diagnóstico: » Me diagnosticaron rosácea en el año 2013, con 28 años, sentí que mi piel «estaba cambiando» y acudí inmediatamente al dermatólogo». Afirma que se manifestó de forma sutil, granos pequeños en pómulos acompañados de enrojecimiento moderado. Deshidratación también en la zona. Aun así, el primer dermatólogo al que visitó no dio con un buen diagnóstico.
«Me hizo sentir fatal por acudir a consulta «por unos simples mini granitos» que según ella eran consecuencia de una reacción alérgica sin importancia. Entonces, me recomendó una rutina que no me fue muy bien e hizo que la piel de mi rostro se irritara aún más.» Tras esta mala experiencia decidió acudir a otro dermatólogo que ésta vez sí le diagnosticó rosácea. «Me dió un par de folletos informativos y me dijo que mi única opción era el tratamiento láser que mientras tanto utilizase toda la línea de Leti SR», afirma Sara.
El peor momento
Para Cristina su peor momento fue tras el confinamiento de 2020, recién empezadas las vacaciones: «Como la rosácea apareció siendo ya dermatóloga, realmente la he podido manejar bien y, por tanto, no me ha hecho sufrir tanto como lo hizo el acné. En plenas vacaciones y de la noche a la mañana me vi con un brote y, aunque en un inicio me dio una inmensa rabia y despertó viejos fantasmas del pasado, decidí sacar todo mi conocimiento y herramientas para tratarme a mí misma. En pocos días la mejoría fue muy evidente y me sentí muy bien de haber confiado en mí misma,no haberme derrumbado ni haberme amargado las vacaciones.»
Para Paloma fue algo similar: «En 2020, durante el confinamiento. Estuve meses con un brote importante con pústulas (granos), picor, tirantez… fue horrible». Lo controló con tratamiento tópico, Soolantra y Dercutane (isotretinoína), pautados por un facultativo. «Me ayudó muchísimo hacer sesiones de IPL para mejorar rojeces y venitas».
Laura tuvo su peor momento el invierno de la temporada 2012/13, cuando llegó a Suecia. » Pasé por un período de estrés acompañado de depresión que empeoró el brote». Desde entonces investigó y cambió hábitos, nunca ha usado medicamentos. «Incorporé los probióticos y la protección solar con óxido de zinc y eliminé la cosmética que pudiera estar irritando mi piel. Desde entonces no volví a tener brotes como aquel».
Sara tuvo un brote fuerte en el 2014: » se dieron muchos factores que empeoraron mi enfermedad con creces desencadenando un brote brutal, me mudé a Alemania, dejando mi trabajo, familia, amigos… El tiempo era horrible para mi piel, los contrastes de temperatura y la humedad sumado al estrés de mi nueva situación». La piel le cogió textura, dolía, era áspera, escocía, rosez permanente. Muchxs hemos estado allí, ¿cierto?
«Visité varios dermatólogos privados, sin conseguir resultados, no daban con la rutina facial adecuada o directamente ni siquiera me recomendaban rutinas de cuidado facial recetando tratamiento oral.» Comenta que el punto de inflexión fue en 2016, cuando conoció al equipo de Farmacia Jiménez y diseñó una rutina facial con ellos a medida. «Desde entonces tengo la piel bonita, hidratada y sobre todo sana. No he vuelto a sufrir ningún brote y he de decir que durante estos últimos cinco años he pasado por muchos cambios además de este último año que ya sabemos lo que estamos pasando todos.»
Y el mejor activo para la rosácea es…
Para Eguren indudablemente es el retinol, para reforzar función barrera y activar función celular. Paloma elige el azelaico, igual que a Sara «si he de elegir, un activo que me encanta es el ácido azelaico, lo uso cuando noto que la «función barrera de la piel flojea», es decir, aparición de roseces, textura además de irritación». Un activo muy completo asegura.
Laura se decanta por la cosmética orgánica y como principio activo el retinal.
Un consejo
Cristina: «No dejes que la rosácea te domine y condicione porque con el abordaje adecuado puede controlarse y restaurarse una piel sana. Busca los profesionales adecuados»
Paloma: «No tomar el sol en la cara, no beber alcohol, control dermatológico, evitar los defoliantes tipo scrubs y cuidado con los ácidos, siempre pautados por un farmacéutico»
Laura: «Si no quieres depender de medicamentos, aprende a escuchar tu piel y lleva a cabo los cambios en tu vida que la rosácea te está pidiendo. No desesperes porque la rosácea se puede controlar.»
Sara: «Sobre todo cuida tu salud mental, en mi caso es el principal factor que desencadenan los brotes, intenta mantener la calma y no dejes que una situación te supere o simplemente que la enfermedad te domine». También añade la importancia de tener una buena rutina facial, tan importante en nuestro caso y vigilar con cambios de temperatura, ambientes húmedos tipo saunas, uso de protección solar y evitar alimentos procesados.
Lo que nos enseña la rosácea
Cristina:» A no conformarme y a ser humilde. Como dermatóloga, la rosácea me ha brindado la oportunidad de no conformarme a asumir que es una patología crónica y transmitir al paciente la idea de que tiene que aguantarse y aprender a vivir con ello. Me ha permitido demostrar que entendiéndola y abordándola correctamente, podemos dejar de vivir condicionadas por la rosácea. Como paciente, la rosácea me recuerda que no tengo todo bajo control y que de vez en cuando puede aparecer un brote y no puedo hundirme en la miseria por ello, sino tratarla y volver a controlarla, porque la piel es así, la vida es así.»
Paloma: «La increíble conexión mente-piel. ¿Sabias que el sistema nervioso y la piel proceden del mismo origen embrionario (el ectodermo)? Por eso una situación de estrés o nervios es capaz de provocar un brote de rosácea, por ejemplo»
Laura: «Si no quieres depender de medicamentos, aprende a escuchar tu piel y lleva a cabo los cambios en tu vida que la rosácea te está pidiendo. No desesperes porque la rosácea se puede controlar.«
Sara: «A cuidarme más, tanto física como mentalmente, sí, muchas pensaréis que «a toro pasado» es fácil decirlo. No dejes que la enfermedad tome las riendas de tu vida, sé fuerte, nunca tires la toalla. Si alguien te dice ¿qué te pasa en la cara? ¡estás roja! diles que te ocurre, yo he tenido que explicar más de una vez en pleno brote que tenía una enfermedad crónica que se llama rosácea. Seguramente no volverán a decirte nada. Sé constante en los cuidados básicos de tu piel, es muy importante para mantener la enfermedad «bajo control». Nunca abandones una rutina facial por pereza o porque no obtengas resultados inmediatos. El tratamiento de la rosácea es una carrera de fondo, así es como debes verla.»
Vivir con rosácea
Puede que sea la parte más importante. Desde mi punto de vista de la vida todo lo que nos pasa nos puede enseñar algo. Para mi la rosácea ha significado un antes y después en la manera en la que afronto los problemas, me relaciono, me cuido y me escucho… Indudablemente fue doloroso al principio pero fue muy reconfortante llegar al punto en el que estoy, donde la rosácea ya no domina mi vida y me hace ver que todo lo que sube baja. Veo las cosas de otra manera y me ha hecho crecer. La rosácea se puede controlar. Y no estamos sol@s. Hay mucha gente también en nuestra situación.
Espero que os haya gustado esta publicación un poco más especial para abril mes de concienciación de la rosácea. La rosácea es una enfermedad crónica y aunque soy la primera que opina que no debemos estar 100% pendientes de ella sí que necesitamos que se hable de ella como lo que es: un problema que puede afectar a mucha gente.
Se debe dar visibilidad, también a los distintos casos: hay gente que lo pasa muy mal pero hay otras personas que éste problema no les afecta tanto. Las maletas que llevamos encima son distintas para todos. No todos los casos requieren medicación, hay gente que vive con rosácea y muy tranquila, pero también hay otra gente que no y que realmente lo pasa mal por la poca importancia que la sociedad nos presta, incluidos aveces los facultativos.
Es por eso, que abril mes de concienciación de la rosácea será necesario hasta que se nos escuche y nos den visibilidad. He estado mirando distintas revistas de moda y belleza españolas y no encuentro que hablen de este problema que afecta a tanta- sí, a bastante gente- y es tan importante que no se infantilice: ni son unas rojeces ni unos granitos de nada. Tomemos partida al respecto.
Un abrazo y ¡feliz abril mes de concienciación de la rosácea!
Si te ha gustado la entrevista y quieres ayudar a crear conciencia de esta afección que afecta a tanta gente, comparte la entrevista con alguien a quién le pueda interesar o ayudar. Much@s nos hemos sentido sol@s ante la rosácea, aquí tenemos una comunidad. 🙂
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